A
pesar de que en 2014 se tipificó el femicidio en Ecuador, muchos
casos de muertes violentas de mujeres son sentenciados con otros
tipos penales, ocultando la verdadera dimensión del problema.
Sobrevivientes y familias de las víctimas alertan para que sus
historias no se repitan.
“La
maté como un animal”. Así confesó el asesinato de su pareja a
machetazos, a quien luego trató de enterrar para que sus hijos no
encontraran el cuerpo. El hombre lo justificó como “culpa de los
celos”. Estas frases, que se desprenden de un juicio por femicidio
en la provincia de Orellana, reflejan los más de 80 casos de muertes
violentas de mujeres en lo que va del año. Un silencioso fenómeno
del cual la sociedad no termina de tomar conciencia.
Según
una encuesta del INEC de 2011, seis de cada 10 mujeres viven o han
sufrido algún tipo de maltrato. Aunque la cifra no se ha
actualizado, la situación es alarmante, ya que ciertos casos
terminan en femicidio, catalogando como la manifestación más
extrema de una espiral de violencia.
“Yo
no sabía lo que significaba el maltrato psicológico, físico y
sexual. Para mí eso era normal que tenía que pasar. El marido tenía
derecho”. Dice Jésscia Ruiz.
En
diciembre de 2013, Jéssica echó a su esposo de la casa por no
cuidar de su familia. Una noche, mientras caminaba por una calle del
recinto Pinal de Arriba (Cantón Santa Lucía: Guayas), él se acercó
con un machete. Ella interpuso sus manos para que el arma no llegará
hasta su cabeza. Uno de los hijos de la pareja presenció cómo su
madre se quedó sin brazos.
Jéssica
tuvo la suerte de vivir para contar su historia. Recibió unas
prótesis y trabaja en el Consejo de Protección de Derechos de
Daule. “Me ha costado mucho adaptarme a mis nuevas manos, pero ya
puedo escribir en computadora, dar de lactar a mi nena de nueve
meses”, dice la joven de 29 años, quien ahora sabe que la
violencia contra la mujer no es normal.
Pero
hay por lo menos 218 mujeres silenciadas por sus parejas o exparejas
desde agosto del 2014, fecha en el cual se tipificó el femicidio en
Código Integral Penal (COIP), según datos de la Fiscalía.
No
obstante, esta estadística no cuenta a las cinco mujeres asesinadas
en las últimas semanas en Quito: Nancy fue hallada con hematomas; a
Yadira le cercenaron las extremidades; las otras tres: madre y dos
hijas de nacionalidad cubana, fueron atacadas por la expareja de una
de ellas con armas cortopunzantes, luego el asesino prendió fuego al
departamento y se suicidó.
“Nos
están matando, esto es una masacre”, fue la reacción de varias
mujeres representantes de colectivos que trabajan por la erradicación
de la violencia de género al ver la brutalidad de las muertes y la
complicidad de una sociedad “machista y misógina”.
COMO
HUIR DE LOS MALTRATOS.
Jessica
cuenta su historia en charlas y conferencias. Recuerda que una mujer
preguntó cómo salir de una vida llena de maltratos. Ella
inmediatamente replicó: Usted tiene sus manos y piernas completas y
puede trabajar y ser veliz en vez de quedarse en el maltrato. Mírenme
a mí, aquí estoy”.
¿Qué
motiva en un hombre una actitud femicida?
El
estudio de Fiscalía denominado “Femicidio, Análisis Penológico
2014-2015” establece causas como: celos y presuntas infidelidades,
intento de terminar la relación, denuncias de la mujer por maltrato
e, incluso, un caso en el cual la mujer empezó a trabajar y ganar su
propio dinero.
Son
situaciones en las que el agresor pierde el poder de dominación. “Es
ese el momento cuando la mujer necesita más protección. Necesita a
su familia, una casa de acogida y el respaldo de la sociedad. El
vecindario, los compañeros de trabajo deben saber por ejemplo que
tiene una boleta de auxilio y ayudarla”, explica Verónica Vera,
vocera de Sukurna, una organización que brinda acompañamiento y
asistencia jurídica en estos casos de violencia.
Pero
lamenta que en muchas ocasiones la mujer es estigmatizada y la misma
familia le pide que se “arregle” con su conviviente, con el
argumento de que eso es normal.
En
septiembre se cumplirá un año de la muerte de Katherine San Lucas,
de 19 años, quien fue asesinada por su conviviente, un exagente de
tránsito. Elle vivió una relación de maltratos por cinco años.
Sacó una boleta de auxilio en 2013, pero siguió la relación.
Sus
vecinos de la cooperativa Juan Montalvo (Guayaquil) escuchaban a
diario las discusiones. “Ella decía que no hiciéramos nada porque
el esposo había amenazado a sus hijos si lo dejaba. Vivía un
infierno”, dice el padre, Dalton San Lucas, quien muchas veces
intervino en las peleas.
Finalmente,
la violencia llegó al extremo y Katherine Terminó con siete
puñaladas en su cuerpo. Ahora su padre solo espera que el victimario
reciba la mayor condena.
SUBREGISTRO
DE FEMICIDIOS
A
pesar de que el crimen de Katherine reúne todas las características
de un femicidio, el acusado es procesado por asesinato. Este mes se
espera que se dicte sentencia. Dalton San Lucas no está de acuerdo
con el tipo penal de asesinato, pero prefiere que el caso termine lo
antes posible porque “Todo este tiempo ha sido muy duro luchar para
que se haga justicia por mi hija”.
Hernán
Ulloa, abogado de la familia San Lucas, comenta que cuando él tomó
el caso estaba en curso una acusación fiscal por asesinato y siguó
con la causa para no empezar desde cero, por petición de la familia.
“Al
no calificarse como femicidio estos casos, no se establece la
verdadera causa de la muerte de una mujer. Eso genera un
subregistro”, cuestiona Leonor Fernández Lavayen, abogada de la
Comisión Ecuménica de Derechos Humanos (CEDHU). Señala que la
muerte de las dos argentinas en Montañita, por ejemplo, fue juzgada
como asesinato.
Fernández
publicó un estudio denominado “La respuesta judicial del femicidio
en Ecuador”. De 113 casos de muertes violentas de mujeres ocurridas
en 2015, de CEDHU determinó que solo 48 recibieron sentencia. El 39
por ciento de causas fue tipificado como femicidio, mientras el resto
fue juzgado como asesinato, homicidio culposo, entre otros.
“Falta
análisis por parte del sistema judicial respecto a la violencia de
género ejercida en estas muertes. En casi todos los casos hay un
historial de agresiones de su pareja o exparejas”. Señala
Fernández. Esta inobservancia estaría ocultando la verdadera
dimensión del fenómeno, ya que según ONU mujeres “El uso del
concepto femicidio y su diferencia con homicidio permite visibilizar
la subordinación, marginalidad y riesgo en la cual se encuentran las
mujeres”.
Frente
a este escenario de inobservancia del sistema judicial, varias
organizaciones piden que toda muerte violenta de una mujer sea
investigada bajo la sospecha de femicidio y que en el transcurso de
la investigación se determine o no esta figura.
HASTA
QUE LE PASA A UNO
También hay procesos judiciales recientes que no pudieron ser juzgados como femicidio. Es el caso de Johanna Cifientes, una chica de 19 años, que murió apuñalada por su expareja en 2006, en el sur de Quito. Luego de nueve años Slendy Cifuentes, hermana de Johanna ubicó por Facebook al asesino que se encontraba en Venezuela. “Tenía una vida normal como si no hubiera hecho nada, ni siquiera se había cambiado el nombre”, relata indignada. Slendy logró la extradición y juicio por asesinato, ya que el femicidio fue tipificado en 2014 y la Ley no es retroactiva.
También hay procesos judiciales recientes que no pudieron ser juzgados como femicidio. Es el caso de Johanna Cifientes, una chica de 19 años, que murió apuñalada por su expareja en 2006, en el sur de Quito. Luego de nueve años Slendy Cifuentes, hermana de Johanna ubicó por Facebook al asesino que se encontraba en Venezuela. “Tenía una vida normal como si no hubiera hecho nada, ni siquiera se había cambiado el nombre”, relata indignada. Slendy logró la extradición y juicio por asesinato, ya que el femicidio fue tipificado en 2014 y la Ley no es retroactiva.
“Esto
siempre hubo pero se llamaban crímenes pasionales y se ocultaba la
violencia”, dice Francisco Cifuentes, padre de Johanna. Relata que
una cosa es ver una noticia de la muerte de una mujer y tomarlo como
un episodio cotidiano y “Otra es cuando le pasa a uno y ahí nos
damos cuenta de la realidad. La sociedad es la que permite los
femicidios”.
Ahora
la familia Cifuentes vive un estado de angustia con su cuarta hija de
21 años. “Tenemos miedo de que le pase algo. Siempre la estamos
llamando, pendientes de con quién está. No tenemos tranquilidad”,
dice la madre.
Aprendieron
que varias señales de alerta cuando una mujer está en peligro. La
familia debe leer estas advertencias. “Johanna cambiaba de celular
a cada rato, se cambiaba de trabajo, ocultaba los golpes. Este tipo
la perseguía porque ella ya no quería estar con él. En el funeral
supimos que la acosaba en el trabajo porque nos contaron los
compañeros”.
Desde
que se reabrió el caso, Slendy se unió a la Plataforma Vivas Nos
Queremos, que agrupa a varias organizaciones por los derechos de las
mujeres. Se reúnen, hacen charlas, brindan asistencia. Dice que este
espacio le ha permitido ayudar a otras mujeres que atraviesan
problemas de violencia.
“Todo
lo hago por la memoria de mi hermana. Luché para que se haga
justicia y que esa persona este presa y no haga lo mismo con otra
mujer.”
LAS
FIGURAS PENALES
ASESINATO:
Una persona mata a otra.
FEMICIDIO:
Una persona que como resultado de relaciones de poder manifestadas en
cualquier tipo de violencia, de muerte a una mujer, por el hecho de
ser mujer (COIP)
FEMINICIDIO: Muertes violentas de mujeres, con un elemento de impunidad como resultado de la inacción del Estado para proteger, investigar, juzgar y sancionar (tipificado en algunos países como México).
FEMINICIDIO: Muertes violentas de mujeres, con un elemento de impunidad como resultado de la inacción del Estado para proteger, investigar, juzgar y sancionar (tipificado en algunos países como México).
Investigación:
Alejandro Pérez.
Revista Vistazo
Agosto 3 - 2017
Revista Vistazo
Agosto 3 - 2017